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26 jun. 2013
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Un verano casero y bucólico aguarda al hombre de la pasarela de París

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EFE
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26 jun. 2013

París - Como una oda al hogar cómodo y fresco en verano, la casa se imprimió en los modelos de Walter Van Beirendonck para la próxima primavera-verano y albergó los diseños de Carven, en la jornada inaugural de la semana de la moda masculina de París.

Las paredes dieron forma a un "patchwork" geométrico de bloques de color o de estampados en los trajes que el diseñador belga Walter Van Beirendonck presentó en el Salón del Glaciar de la Ópera Garnier.

Carven primavera/verano 2014. Foto: Facebook/Carven


"La colección se llama 'Home sweet home' (hogar dulce hogar). He usado lugares de mi casa como inspiración", explicó a Efe tras el desfile el que es uno de los proveedores más originales para el armario masculino.

Las flores bordadas de un jarrón impreso sobresalieron de la americana, mientras solapas artificiales construyeron una habitación en la pechera de una camisa, a la vez que las fronteras entre el pantalón y la camisa se debilitaban.

Los tonos pastel, entre los que destacó el rosa, el azul o el lila, apaciguaron la fiesta de purpurina y de impresiones irremediablemente unidas por las costuras, que evocaban el universo del precursor del surrealismo, Giorgio de Chirico.

Los pies quedaron recubiertos por un relieve fálico que sobresalía en oposición cromática con el fondo. Beirendonck explicó que se había inspirado en el escritor italiano Gabriele d'Annunzio, quien "llevaba zapatos con un pene dibujado sobre ellos".

Más bucólica y contenida fue la colección de Carven para combatir el calor de un verano provenzal o toscano, del que hay que protegerse con sombreros flexibles de amplias alas con vuelo.

Con el sonido de las cigarras de fondo y sobre un escenario con sillas de mimbre y vasijas de barro, los pantalones pesqueros, las camisas con cremallera y los náuticos de charol absorbieron el estío con colores como el mostaza, el salmón, el verde oliva, el azul marino o el coral, que se combinaron con los restos del invernal gris.

Carven elevó a tendencia las sandalias con calcetines altos, mantuvo la seriedad del niño grande con pantalones cortos con raya y se atrevió a travesuras tímidas con cazadoras tipo "bomber" de cuero.

Hoy en París los pantalones fueron de cintura alta, ya sea rectos, de corte zanahoria -con pinzas en la cadera y ajustados en el tobillo- o pitillo, como dejó patente John Lawrence Sullivan.

La firma dirigida por el ex boxeador japonés Arashi Yanagawa jugó con destellos geométricos de color, que florecían como rayas o cuadros sobre fondos neutros en bolsillos o camisetas.

Los materiales sugirieron un verano ligero, gracias a la camisa larga de gasa estampada con colores cúbicos de atardecer; lluvioso, como apuntaba el tejido impermeable brillante que revistió americanas y abrigos; y nocturno, como demostraron las prendas de cuero negro con cuadros perforados.

Allibelus propuso "shorts" con vuelta para el varón, cuellos largos con un lado circular, camisetas con alma de rejilla y estampados de rayas blancas y negras.

La colección escondió reminiscencias del mundo del circo, como los pantalones lisos con raya de otro color -en este caso en la parte delantera de la pernera- o el frac.

Los tonos neutros de la primera parte del desfile encontraron su contrapunto en un rosa, declinado en fucsia o palo, que concluyó el recital tiñendo levitas, camisas y bermudas.

Los diferentes uniformes del ejército se reflejaron en los diseños de Valentino para la próxima primavera-verano, en la que las incursiones en bloques premeditados de color actuaron como "leitmotif".

Julius llevó la cultura de la música tecno a una colección en blanco y negro en la que destacaron las bermudas sobre los "leggings", las botas-sandalias militares y el contraste entre lo ajustado y lo holgado.

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